viernes, noviembre 01, 2013

"EL MÉDICO ALEMÁN", MEJOR DE LO QUE ESPERABA, PERO...


Acabo de ver la película argentina EL MÉDICO ALEMÁN (Lucía Puenzo, 2013), aunque también tiene el título de WAKOLDA, esa dualidad no me ha quedado clara.

Bien, como ya sabéis, este filme es una fabulación sobre una hipotética estancia del médico nazi Josef Mengele en la Patagonia. Sobre los aspectos históricos de la cinta hablaré al final.

Yo esperaba bien poco, así que en este caso esas pobres expectativas han jugado a su favor, ya que considero que es un filme más que digno para lo que se suele ver. Me ha sorprendido la cuidada ambientación en la Argentina del año 1960, así como la fotografía. Es decir, los aspectos técnicos están muy cuidados.

Las interpretaciones también están a la altura de ese apartado técnico. La película se basa en la relación entre dos personajes, Mengele y la hija de la familia, así que había que lograr un Mengele convincente, una niña que le diese la réplica, y que surgiese la química entre ambos.

Podríamos decir que la directora lo consigue; el barcelonés Alex Brendemühl logra que lo veamos como Mengele -aunque quizás el personaje daba para algo más-, mientras que la pequeña Florencia Bado cumple de sobras, casi diría que se come a Brendemühl con patatas. También podía haber habido más química entre ambos si Brendemühl no hubiera estado tan hierático, pero al menos cubre el expediente.

Los otros actores saben estar en su papel, sobre todo el padre de la niña, Diego Peretti, que demuestra ser un actorazo.





En cuanto a la película en sí, podemos dividirla en dos partes. En la primera, Puenzo logra crear una atmósfera muy inquietante. Aunque en realidad no ocurre prácticamente nada, la película se sigue con verdadero interés; te va metiendo en la historia sin darte cuenta, y consigue despertar suspense, te intriga saber qué va a acabar sucediendo allí. Además, todo se intuye, no hay nada evidente, hay algo flotando en el ambiente que no sabes lo que es...

Por cierto, me recordó bastante a El resplandor, con ese hotel vacío al que llega la familia y la tensión que se va acumulando entre sus paredes. Paradójicamente, esos hermosos paisajes (el lago, las montañas...) contribuyen a ese sutil desasosiego, ya que, de tan bellos, parecen irreales, oníricos. También resulta especialmente perturbadora la escena en la fábrica de muñecas, en donde flota la comparación con lo que Mengele vio en Auschwitz; una secuencia muy lograda.

Sin embargo, conforme la película avanza en su segundo tramo, la atención disminuye. Uno empieza a cansarse de ese clima inquietante que no acaba de llegar a ningún lado. Al final, con ese desenlace un tanto atropellado, no voy a decir que el filme se desmorona, pero no me parece bien rematado, queda un regusto de que falta algo, de que se podía haber sacado mucho más provecho de todos esos ingredientes. Tal vez ha faltado algo de metraje para respaldar más el desenlace.

Parece que la directora decidió apostar por lo seguro, no arriesgar, y una vez que tenía el partido ganado por uno a cero, decidió aguantar el resultado hasta el final, en vez de buscar una goleada cuando lo tenía todo a favor.



En cuanto al trasfondo histórico, menos mal que en la promoción del filme han ido aclarando que se trata de una fabulación. En todo el material que he manejado para escribir el capítulo de Mengele en mi Bestias Nazis no he encontrado ninguna referencia de que en algún momento visitase -ya no digamos residiese- en la Patagonia. Aunque es improbable, no hay que descartar que la visitase alguna vez, pero no existe constancia de ello. Lo que, en cierto modo, sí se corresponde con la realidad es ese intento de Mengele de inmiscuirse en las dinámicas propias de su familia de acogida, lo cual llevó a cabo al menos en dos ocasiones, provocando momentos de gran tensión, pero creando una especie de interdependencia.

Por último, muy lamentable la información sobre Mengele que se ofrece al final de la película. Cuando el filme ya ha acabado, se puede leer en la pantalla algunas frases que se supone que ofrecen información histórica. La primera dice que "Mengele fue un eterno fugitivo. Durante décadas escapó de la persecución del Mossad". Eso no es cierto. Tal como explico en mi libro, el Mossad sólo le persiguió entre 1960 y finales de 1962. Parece ser que lo localizó con éxito, pero no se atrevió a dar el paso que sí habían dado con Eichmann. A partir de ahí, ese trabajo quedó en manos de los cazadores de nazis, que acumularían un fracaso tras otro.

Después de esa referencia errónea al Mossad, se puede leer en la pantalla: "Siguió experimentando con animales, niños y embarazadas en diferentes países de América del Sur" (!!!). Pero... ¿¿en dónde experimentó "con niños y embarazadas"?? ¿Se habrán creído el cuento del pueblo de Rio Grande do Sul, Cândido Godói, del que se dice que su alto índice de gemelos se debe a que Mengele estuvo allí experimentando con embarazadas? La gente que lea eso pensará que es cierto... en fin, que así se escribe la historia.

En resumidas, una película muy digna, no exenta de interés, y mejor de lo que uno pudiera pensar en un principio, pero que no aprovecha todo su potencial, una lástima.




1 comentario:

pedroboso dijo...

Desde aqui recomiendo la última peli de Hugh Jackman, "Prisioneros" un thriller tipo "Zodiac" y "Seven" espectacular, un peliculón.

Saludos