miércoles, abril 25, 2012

QUÉ TONTO QUE SOY...

Bueno, amigos, pues ya acabé de leer HHhH, el libro de Laurent Binet sobre la Operación Antropoide. Y después de leerlo, me he dicho que qué tonto que soy...


Uno admira las obras que uno se ve incapaz de llegar a realizar algún día, o al menos, no sin un enorme esfuerzo. Me gustó EL TIEMPO ENTRE COSTURAS porque creo que tardaría bastante en procesar toda la información necesaria para poder escribir ese libro, o el ADOLF HITLER. UNA BIOGRAFÍA NARRATIVA de John Toland porque, aunque me veo capacitado para escribir un libro así, debería emplear entre tres y cinco años como mínimo para ello, y no digamos ya LA GUERRA DE HITLER, de David Irving, algo que ni soñando podría llegar a escribir algún día.

Pero después de leer HHhH, no puedo dejar de pensar que yo lo podría haber escrito, en un año más o menos y sin demasiado esfuerzo, a pesar de que el autor, en esta entrevista, dice que tardó diez años (!). Y digo que me siento un poco tonto porque, en vez de afrontar proyectos que me han requerido de un gran esfuerzo, y de los que estoy muy orgulloso (algún día se valorarán como merecen) pero que no han resultado demasiado fructíferos, podría haberme dedicado a escribir un libro como éste, con el que hubiera ganado el premio Goncourt y me habría colocado entre los primeros puestos en las listas de ventas.

Pero bueno, algún mérito debe tener este libro que no acierto a identificar. Si mucha gente compra un libro suele ser porque se lo han recomendado y, por tanto, debe haber gustado a otros. Si el libro tenía como objetivo narrar la operación para asesinar a Heydrich creo que con la última parte es suficiente. Debo reconocer que la descripción del atentado en sí posee una fuerza dramática que seguramente yo no habría logrado darle (la imagen de la guerrera volando o el Mercedes suspendido en el aire), pero el resto es prescindible. Y si el autor pretendía jugar con ese hecho del pasado para exponernos sus vivencias actuales, pues tampoco creo que haya avanzado por ese camino que podría haber dado mucho juego desde el punto de vista literario. Total, que el libro se mueve en un terreno de nadie que le deja a uno frío, al menos en mi caso.

Por cierto, aunque un despiste lo tiene cualquiera (yo colecciono bastantes), sorprende que en un libro que se ha tardado diez años en escribir aparezca en el capítulo 220 que "Goering promete que seguirán como una centella otros quinientos aviones" y luego "corre veloz a una cita amorosa con la diva del cine Lida Baarová", cuando de todos es sabido que quien estaba liado con la actriz checa era Goebbels.

Para saber cómo habría afrontado yo la narración de la Operación Antropoide, sólo hay que leer el capítulo que le dedico en mi OPERACIONES SECRETAS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Si es mejor uno y otro planteamiento ya va a gustos, pero a mí, como no, me gusta más el mío; seguramente por eso nunca ganaré el premio Goncourt.

domingo, abril 22, 2012

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS

Bien, como mañana es el Dia Internacional del Libro, vamos a seguir comentando libros...

Pues ya acabé de leer EL TIEMPO ENTRE COSTURAS La verdad es que el libro me ha gustado.

Tanto la portada como el título son bastante disuasorios, ya que parece la típica novela dirigida a un público femenino, pero nada de eso, y resulta especialmente interesante para los aficionados a la Historia como nosotros.

Voy con los puntos fuertes:

- El libro se lee solo. No hay descenso del ritmo. Siempre pasa algo nuevo cada poco tiempo, lo que te hace estar atento.

- Los personajes están muy bien definidos. Yo soy un negado para seguir pelis, novelas, etc, siempre me confundo con los nombres de los personajes, o no me entero de quién es uno u otro, me pierdo fácilmente... pero en este libro cada personaje sabes quien es, lo que hace, y lo mejor es que nunca te pierdes en el argumento. Está todo muy claro.

- Excepcional descripción de ambientes, escenarios, etc. Con unas pocas palabras te pone en situación. Se nota que hay detrás un gran trabajo de documentación para saber cómo era cada lugar. Muy buena la recreación de Tánger y sobre todo de Tetuán; te despierta la curiosidad por el Protectorado español, dan ganas de viajar hasta allí para tratar de captar los vestigios de ese ambiente exótico y cosmopolita.

- Gracias al libro he descubierto personajes históricos como Juan Luis Beigbeder, del que apenas sabía que había sido ministro de Asuntos Exteriores antes que Serrano Suñer. Muy interesante la descripción de los intentos británicos de ganar influencia en España para que no entrásemos en guerra junto a Alemania. Insisto: gran trabajo de documentación de la autora.

Y vamos con los aspectos negativos:

- Aparición un tanto forzada de personajes. Parece que el mundo sea un pañuelo; la casualidad hace que algunos personajes reaparezcan sin venir mucho a cuento, como el primer novio de la protagonista, y sin aportar nada nuevo. Yo hubiera suprimido esa irrupción, pero hay alguna más que también chirría.

- Lenguaje poco elaborado. No da la sensación que estén hablando personas de finales de los treinta principios de los cuarenta.

- Final un tanto decepcionante. Concluye con la resolución -o no- de una historia de amor que revolotea por ahí pero que veo sin fuerza alguna, me parece forzada y no aporta nada.

Conclusión: a pesar de esos aspectos no tan positivos, creo que es una buena novela que vale la pena leer para los que nos gusta la Historia, venciendo la comprensible aprensión al ver la portada y el título. Felicidades a la autora porque realmente tiene un gran mérito haber escrito esa obra.

Y nada, ya he comenzado con HHhH... pues llevó unas 100 páginas y de momento no puede ser más decepcionante... pero esperaré a terminar el libro antes de dar una opinión.

lunes, abril 16, 2012

DE ARCHIPIÉLAGOS Y COSTURERAS

Disculpad, amigos, que haya estado tan perdido estos días. He pasado por unos días confusos y pegajosos como esas siestas dominicales de dos horas después de una paella.

He intentado sin éxito recuperar un archivo de unos disquetes viejos, he tenido incidentes irresolubles con mi procesador de textos, estoy a la espera de unas respuestas a algo que me tiene mosqueado, me vi ese truño llamado War Horse... y a todo esto casi no he podido escribir, total, una de esas semanas para olvidar.

Esta semana ha comenzado igual, aunque soy optimista y espero que los astros comiencen a serme propicios.

Pues vamos a hablar brevemente de libros. Ya acabé el ARCHIPIELAGO GULAG, de Alexander Solzhenitsyn; no sé si vale la pena comentarlo porque imagino que ya casi todos lo habéis leído, pero si queda por ahí algún otro despistado, se lo recomiendo vivamente.

Os aconsejo que antes de leerlo veáis este interesantísimo documental que podéis ver en Youtube, sobre la historia del libro y lo que tuvo que pasar Solzhenitsyn para que pudiera ver la luz.

Aquí os pongo el primer tramo de 10 minutos, pero los otros los podéis ir pinchando seguidamente cuando acabéis de ver éste.



Sobre el libro, mejor leerlo que comentarlo. Yo lo he leído en mi Kindle, pero tenéis muchas posibilidades de encontrarlo por ahí a precios de ganga.

Lo único que se me ha hecho pesado es el relato de los juicios que se celebraron tras la revolución, pero por lo demás es tan demoledor como ameno. A destacar el caústico sentido del humor que destila el libro.

Por otro lado, sorprende leer cómo la diferencia entre el nazismo y el estalinismo aparece inquietantemente difuminada, lo que da lugar a que el lector se haga muchas preguntas de difícil respuesta y que merecen otro post...

Pues bien, justo después de acabar el libro de Solzhenitsyn, me he decidido a embaularme -también con retraso- ese libro que ha tenido tanto éxito, EL TIEMPO ENTRE COSTURAS de María Dueñas, tal como en su día intenté hacer con el exitoso La sombra del viento, que no logré terminar.



Sólo llevo la cuarta parte, pero ya da para una primera impresión. Hay que reconocer que el libro se lee rápido, no es un tostón como el libro de Ruiz Zafón, y es muy visual, pero más que una novela veo que es un guión de película, en la que la protagonista, una costurera, pasa por sucesivas peripecias más o menos interesantes. Y digo que parece un guión porque el texto se ve muy poco elaborado literariamente, incluso hay expresiones que no pegan en esa época, pero ya os daré mi opinión cuando lo acabe, de momento al menos no es aburrido.

...y HHhH, en cabecera de pista para despegar.

lunes, abril 09, 2012

¡¡OH, AH, UH!!

Bueno, amigos, se acabaron estos días de descanso de la Semana Santa y volvemos a la pelea.


Como siempre que vienen vacaciones, yo tenía pensado dedicar algo de tiempo a darle un empujón a las lecturas que tengo entre manos, sobre todo el STALIN de nuestro amigo Alvaro Lozano, cuyo primer capítulo me entusiasmó, pero... hablando de estalinismo de repente recordé, avergonzado, que -aunque cueste de creer- con 45 años todavía no me he leído el ARCHIPIÉLAGO GULAG, y eso que ronda por casa desde hace veinte años...

Total, que me lo he metido en el Kindle -que ya prefiero sin duda al libro- y a darle caña... Voy justo por la mitad, porque el libro es tirando a largo, pero ni que decir tiene que es de lectura obligatoria, ya lo comentaremos.





Y nada, pues esta Semana Santa ha traído un tema estrella, el de la polémica que ha protagonizado el escritor alemán Günter Grass. Como se ha hablado mucho de ello, os supongo al corriente.



Bien, en todas partes ponen a parir a Grass por sus críticas al gobierno israelí por el hipotético ataque preventivo que podría lanzar contra Irán y del que ya hablamos aquí (por cierto, os acordáis de aquella canción de "¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?").


Pues rápidamente se ha puesto en marcha lo que yo llamo el ¡¡OH, AH, UH!!, que incluye escándalo generalizado -buena parte impostado- y mucho rasgar de vestiduras: ¡¡Oh, lo que ha dicho!! ¿¡Cómo se ha atrevido?!, ¡uyyyyy!





Hay que reconocerles a los israelíes su enorme habilidad para lograr que cualquier crítica a sus acciones rápidamente sea calificada de antisemita, consiguiendo así desacreditarla y silenciarla. Ese viejo truco me lo conozco demasiado bien pero con otros protagonistas.

¿Por qué Grass no puede criticar al gobierno de Israel? ¿Es por eso ya antisemita?

El derecho que le asiste a Israel a existir no es otro que el de la fuerza, y no me parece mal; tuvieron más determinación que los árabes y por eso están ahí. Ahora el problema es la hegemonía atómica; el matón del barrio se hizo con un bazooka y ahora que otro matón parece que está cerca de obtener otro para él, el primero exclama que la paz del barrio está amenazada...

Está claro que el régimen iraní es detestable, y que si tuviera que elegir entre vivir en Irán o en Israel lo haría en este segundo país, pero el que basa su derecho en la fuerza no puede protestar porque otro invoque ese otro mismo derecho.

Bueno, en fin... supongo que a estas alturas Günter Grass ya no le viene de ahí y le dará todo una higa, pero al menos desde este blog no se le va crucificar, y menos recién acabada la Semana Santa...