martes, diciembre 12, 2006

Las sorpresas del callejero


Conocer el callejero de una ciudad puede dar lugar a sorpresas. Por ejemplo, ahora que estoy estudiando a fondo la Primera Guerra Mundial, he investigado la presencia de este conflicto en mi ciudad, Barcelona, y he descubierto algunas cosas curiosas.
En el distrito de Nou Barris hay un sector en el que se encuentran varios nombres de vías que recuerdan la guerra de 1914-18. Al parecer, por aquella época, los integrantes del Ayuntamiento de Barcelona era fervientes francófilos, por lo que no perdieron ocasión para sumarse simbólicamente a la causa de los aliados.

Así pues, en las proximidades del Parque Central de Nou Barris (en la foto) puede encontrarse el Paseo de Verdún, dedicado a la crucial batalla de 1916, en la que los franceses lograron resistir el empuje germano. También se encuentra la calle Marne, dedicada a la victoria francesa de septiembre de 1914 que supuso el freno a los teutones en su avance hacia París. Igualmente, existen las calles Lorena y Alsacia, para recordar las dos regiones que los franceses recuperaron tras su anexión por los alemanes.

Llevados por su pasión aliadófila, los concejales denominaron como Paseo del Mariscal Joffre a la actual Avenida Borbón, y Plaza del 11 de Noviembre de 1918 (el día del Armisticio que ponía fin a la guerra) a la actual Plaza de Ramón Berenguer. Como vemos, estos nombres quedarían posteriormente relegados.

Me gustaría saber si esto sucedió sólo en Barcelona o en vuestras respectivas ciudades también se dedicaron calles o plazas a los hechos más destacables de la Primera Guerra Mundial. Gracias por vuestra colaboración.

1 comentario:

Jesús Hernández dijo...

Otra curiosidad del callejero barcelonés:
En el Ensanche hay una calle que un trozo es calle Berlín y luego pasa a ser París.

El origen de este hecho poco habitual es que el 7 de julio de 1942, en plena expansión del Eje, el Ayuntamiento decidió cambiar el nombre de ese tramo, que entonces era también la calle París, para denominarlo Berlín, para ganarse la simpatía del Tercer Reich, una decisión que perdura en la actualidad.